lunes, 3 de noviembre de 2008

Cap. 1

Seit salió de la escuela a toda pastilla, hoy era su cumpleaños y la tarta le esperaba en casa. Ya se la estaba imaginando. Tarta de chocolate con más chocolate por encima, por los lados, por dentro, por fuera…
-Hum… -se relamía.
Aquella viciosa sustancia, cuyos nutrientes proporcionaban energía, cuyo sabor era tan irritantemente apetecible se le aparecía incluso en sueños. Había llegado al portal.
Su reflejo la observaba era el de una muchacha menuda de catorce años, (edad que no aparentaba), morena, de largos cabellos y ojos azules, cuyo hechizo eclipsaba a la misma luna.
Metió la llave en la ranura de la cerradura y accedió al interior del edificio. Llamó al ascensor preguntándose una y otra vez qué habría para comer, cómo sería la tarta y lo más importante: ¿cuáles iban a ser sus regalos? Cada año, su madre y su padre le hacían un regalo común y otro por separado. Solía ser secreto, lo que le daba mayor emoción al asunto.
Antes de que pudiera cambiar de llave para abrir la puerta del piso, su padre ya le esperaba en la puerta, sonriente.
-¡Papá! –Le abrazó.
-Cielo… Seit, has crecido un montón –dijo separándose de ella para verla mejor. Su progenitor trabajaba en una gran empresa, gracias (o no) a la cual se encontraba casi todo el año de viaje por Europa, Asia y África.
Seit y su padre fueron adentro. La felicidad de la muchacha vagaba por su estómago arriba y abajo, poniéndola nerviosa, quería contarle tantas cosas… él también había cambiado. Tenía aspecto de ejecutivo agresivo. Aspecto, que no habría tolerado en su futuro hacía veinte años, cuando contaba con escasos veintiuna primaveras.

1 comentario:

Efe Nachtfalter dijo...

Hola Imaaa *..*

Tú si eres la repanocha!! XD Me encanta lo que llevas, en especial tu descripción del chocolate, XDD

Bueno, cosa hermosa, que me encanta cómo escribes^.^

Un besazooo!

teqieroo^.^